(Lo mismo que se ha hecho con otros temas del Apocalipsis, ha habido necesidad de unificar éste: “Cayó la Gran Babilonia”. Por ello se han entresacado textos intercalados que hacen referencia clara de ella, de los capítulos XIII y XIV, pero son los capítulos  del XVII al XIX los que hablan sólo  exclusivamente  de ella)

 

Características  e Identificación de la Otra Bestia

Vi luego otra Bestia que surgía de la tierra y tenía dos cuernos como de Cordero, pero hablaba como una serpiente. Ejerce todo el poder de la primera Bestia en servicio de ésta, haciendo que la tierra y sus habitantes adoren a la primera Bestia, cuya herida mortal había sido curada. Realiza grandes señales, hasta hacer bajar ante la gente fuego del cielo a la tierra; y seduce a los habitantes de la Tierra con las señales que le ha sido concedido obrar al servicio de la Bestia, diciendo a los habitantes de la Tierra que hagan una imagen en honor de la Bestia que, teniendo la herida de la espada, revivió. Se le concedió infundir el aliento a la imagen de la Bestia, de suerte que pudiera hablar incluso la imagen de la Bestia y hacer que fueran exterminados cuantos no adoraran la imagen de la Bestia.

          Y  hace que todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se hagan una marca en la mano derecha o en la frente, y que nadie pueda  comprar ni vender, si no está marcado con el nombre de la Bestia o con la cifra de su nombre. (Ap.13,11-17).

 

Número de Identificación de la Otra Bestia

¡Aquí está la sabiduría! Que el inteligente calcule la cifra de la Bestia; pues es la cifra  de un hombre. Su cifra es seiscientos sesenta y seis (Ap.13,13-18).

 

Caída de la Gran Babilonia

Luego vi a otro ángel que volaba  por lo alto del cielo y tenía una buena nueva eterna que anunciar a los que están en la tierra, a toda nación, raza, lengua y pueblo. Decía con fuerte voz: “Temed a Dios y dadle gloria, porque ha llegado la hora de su juicio; adorad al que hizo el cielo y la tierra, el mar y los manantiales de agua”. Y un segundo ángel les siguió diciendo: “Cayó, cayó la Gran Babilonia, la que dio a beber a todas las naciones el vino del furor” (Ap.14,6-8).

 

El Juicio es Inminente

Un tercer ángel les siguió, diciendo con fuerte voz: “Si alguno adora a la Bestia y a su imagen, y acepta la marca en su frente o en su mano, tendrá que beber también del vino del furor de Dios, que está preparado, puro, en la copa de su cólera. Será atormentado con fuego y azufre, delante de los santos ángeles y delante del Cordero. Y  la humareda de su tormento se eleva por los siglos de los siglos; no hay reposo, ni de día ni de noche, para los que adoran a la Bestia y a su imagen, ni para el que acepta la marca de su nombre"

 

Aquí se requiere la paciencia de los santos, de los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús. Luego oí una voz que decía desde el cielo: “Escribe: Dichosos los muertos que mueren en el Señor. Desde ahora, sí - dice el Espíritu: - que descansen de sus fatigas, porque sus obras los acompañan” (Ap.14,9-13).

 

Juicio de la “Ramera”

Entonces vino uno de los siete ángeles que llevaban las siete copas y me habló: “Ven, que te voy a mostrar el juicio de la célebre "Ramera," que se sienta sobre grandes aguas, con ella fornicaron los reyes de la tierra, y los habitantes de la tierra se embriagaron con el vino de su prostitución”.

 Me trasladó en espíritu al desierto. Y vi a una mujer, sentada sobre una Bestia de color escarlata, cubierta de títulos blasfemos; la Bestia tenía siete cabezas y diez cuernos. La mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, resplandecía de oro, piedras preciosas y perlas; llevaba en su mano una copa de oro llena de abominaciones, y también las impurezas de su prostitución, y en su frente un nombre escrito - un misterio-:”La Gran Babilonia, la madre de las rameras  y de las abominaciones de la tierra”. Y  vi que la mujer se embriagaba con la sangre de los santos y con la sangre de los mártires de Jesús.

Y  me asombré grandemente al verla; pero el ángel me dijo: “¿Por qué te asombras? Voy a explicarte el misterio de la mujer y de la Bestia que la lleva, la que tiene siete cabezas y diez cuernos”  (Ap.17,1-7).

 

Trayectoria del Caminar de la Ramera

La Bestia que has visto, era y ya no es; y va a subir del abismo pero camina hacia su destrucción. Los habitantes de la tierra, cuyo nombre no fue inscrito desde la creación del mundo en el libro de la Vida, se maravillarán al ver que la Bestia era y ya no es, pero que reaparecerá  (Ap.17, 8).

 

Profecías Numéricas que Identifican a la Ramera

Aquí es donde se  requiere inteligencia, tener sabiduría. Las siete cabezas son siete colinas sobre las que se asienta la mujer. “Son también siete reyes”: cinco han caído, Uno Es, y el otro no ha llegado aún. Y cuando llegue, habrá de durar poco tiempo.  Y la Bestia, que era y ya no es, hace el octavo, pero es uno de los siete; y camina hacia su destrucción.

Los diez cuernos que has visto son diez reyes que no han recibido aún el reino; pero recibirán con la Bestia la potestad real, sólo por una hora. Están todos de acuerdo en entregar a la Bestia el poder y la potestad que ellos tienen. Éstos harán la guerra al Cordero, pero el Cordero como es el Señor de Señores y Rey de Reyes, los vencerá en unión de los suyos, los llamados y elegidos y fieles (Ap.17,9-14).

 

Lucha por Resurgir a la Ramera

          Me dijo además: “Las aguas que has visto, donde está sentada la Ramera, son pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas. Y  los diez cuernos que has visto y la Bestia van a aborrecer a la "Ramera"; la dejarán sola y desnuda, comerán sus carnes y la consumirán por el fuego; porque Dios les ha inspirado la resolución de ejecutar su propio plan, y de ponerse de acuerdo en entregar la soberanía que tienen a la Bestia hasta que se cumplan las palabras de Dios.

Y la “mujer que has visto es la Gran  Ciudad, la que tiene la soberanía sobre los reyes de la tierra” (Ap.17, 15-18).

 

Se Hace la Luz en la Gran Babilonia

 Después de esto vi bajar del cielo a otro ángel, que tenía gran poder, y la tierra quedó iluminada con su resplandor.

Gritó con potente voz diciendo: ¡“Cayó, cayó la Gran Babilonia”!  Se ha convertido en morada de demonios, en guarida de toda clase de espíritus inmundos, en guarida de toda clase de aves inmundas y detestables. Porque del vino de sus prostituciones han bebido todas las naciones  , y   los reyes de la tierra   han fornicado con ella, y  los   mercaderes de la tierra se han enriquecido con   su lujo desenfrenado    (Ap.18,1-3).

                                                                          

 

                                                                                       

          
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